Summary: | In ways that were perhaps unimaginable even a decade ago, state crime studies has the opportunity to become a rich intellectual resource for diverse struggles of resistance opposed to the crimes of the powerful. However, this role is by no means assured. One barrier that must be overcome is a disciplinary tendency to fetishize those organisational forms – principally states and corporations – through which capitalist relations of production function. This paper will examine the epistemological roots of organisational fetishism, and the consequential effects this analytical tendency has on understandings of state crime. We will then consider how the method, and conceptual framework, which Marx developed to inquire into the sinuous core of the capitalist mode of production can be used to move beyond fetishized understandings of the state. To demonstrate the complexity of the theoretical task before us, I will draw upon the example of Papua New Guinea, a country that has witnessed a range of gross human rights violations associated with the Bougainville war, and which departs in many ways from archetypal models of capitalism. Nevertheless, it will be maintained that Marxism remains a vital framework for enriched understandings of state crime in Papua New Guinea, that move beyond fetishized accounts of elite offending. De un modo quizás inimaginable hace una década, los estudios sobre criminalidad estatal tienen hoy la oportunidad de convertirse en un poderoso recurso intelectual para las luchas de resistencia frente a los crímenes de los poderosos. Sin embargo, esta función no está asegurada. Una de las barreras que aún debe superarse es la tendencia a fetichizar las formas organizacionales, principalmente Estados y empresas, a través de las que funcionan las relaciones de producción capitalista. Este texto analiza las raíces epistemológicas de este fetichismo organizacional y los efectos que tal tendencia analítica genera en el entendimiento de los crímenes estatales. Posteriormente veremos que el método y el marco conceptual desarrollados por Marx para analizar el complejo núcleo del modo de producción capitalista pueden emplearse para ir más allá de las interpretaciones fetichizadas del Estado. Para demostrar la complejidad teórica de la tarea, recurriré al ejemplo de Papúa Nueva Guinea, un país que ha sido testigo de un amplio abanico de violaciones de derechos humanos vinculadas a la guerra de Bougainville, y que está al margen, por diferentes motivos, de los modelos arquetípicos de capitalismo. Sin embargo, como se verá, el marxismo continúa siendo un marco teórico útil para ofrecer interpretaciones complejas de la criminalidad estatal en Papúa Nueva Guinea, que van más allá de los discursos fetichizados de las infracciones de las élites
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